Acorralamiento: la hipocresía republicana liberal del igual derecho

El desalojo del Barrio “2 de Enero” en la ciudad de Viedma, que comenzó el pasado viernes 23 de agosto, puso otra vez en superficie para la opinión pública, el principal síntoma y la evidencia más clara de la desigualdad social: el acceso a la tierra y a la vivienda.

El Barrio “2 de Enero” es una ampliación irregular del ejido urbano. Una toma de tierras que efectuaron casi un centenar de familias a principios de 2019, motivadas por el acorralamiento habitacional que padecían: hacinamiento en casas de familiares y amigos, alquileres impagables, falta de “calificación” para las políticas públicas actuales que abordan la cuestión de la vivienda.

La problemática atraviesa a todo el país. Argentina es un territorio subpoblado y dónde está todo por hacerse. Sin embargo su población está obligada a padecer el hacinamiento habitacional, la precarización en las condiciones de subsistencia, y el látigo del Estado de Derecho reinante que cae contra las estrategias de supervivencia.

El masivo acorralamiento se efectúa a partir del complejo andamiaje – y sus engranajes – de la burocracia institucional. Valga la redundancia: el acorralamiento se ha convertido en política pública.

Hay una variable constante que se viene reflejando desde el Censo Poblacional de 1991: el 35% de la población carece de posibilidades de acceso a una casa-habitación. A principios de 2019, se estimaba una carencia de 3,5 millones de viviendas en todo el territorio nacional. Pero hay otro dato , que sería curioso sino estuviésemos atravesando la presente coyuntura: en los principales centros urbanos del país existen proporcionalmente, unidades habitacionales (casas y departamentos) desocupadas que de utilizarse reducirían el mencionado faltante de viviendas a casi un 70%.

No hace falta poseer una mente brillante para darse cuenta de dos cosas: primera, dichas viviendas en su mayoría están “esperando” inquilino dispuesto a pagar montos que superan el 50% de sus ingresos mensuales; o sus propietarios prefieren mantenerlas ociosas hasta poder obtener un “mejor precio”.

En segundo lugar, la expresa voluntad de las gestiones y administraciones Estatales para no resolver el problema, se materializa en la carencia de planes o proyectos programáticos en materia de construcción de viviendas. Flaco favor a sus propios intereses: el sólo impulso de una política en esa dirección y sin cambiar las actuales reglas de juego en materia de obra pública, dinamizaría un sector económico y diferentes cadenas de valor alrededor de la industria de la construcción y desarrollo del hábitat público, que no vislumbra otro horizonte que jugosos dividendos para el empresariado y réditos políticos para las gestiones de turno.

Sin embargo, la persistencia del problema, hace sospechar que el verdadero objetivo es tener al pueblo acorralado, sumiso, pauperizado; entretenido en las distintas estrategias de supervivencia. Atomizados en su desesperación.

Todas la fuerzas política saben – porque así lo manifiestan en las campañas electorales -, que la casa propia como en términos de vivienda familiar dignifica la existencia. Permite la planificación a futuro del grupo conviviente; ordena la cotidianidad. Trae para las familias cierta “tranquilidad” que sana vínculos comunitarios.

Pero, justamente, ésto último es lo que se pretende evitar. La organización comunitaria moviliza la organización política y el ejercicio colectivo de los derechos ciudadanos por los que clama nuestra Constitución.

La Carta Magna se ha transformado en letra muerta en éste aspecto, y en un trabapuertas. Sólo en Viedma – ciudad de 55 mil habitantes – existen siete asentamientos irregulares que nacieron de la misma forma y por los mismos motivos que el Barrio “2 de Enero”. Cerca de 750 familias; aproximadamente 3 mil habitantes.

Se sabe además, que al menos tres mil núcleos familiares se inscribieron para acceder a viviendas en sorteos públicos. Si contabilizamos las personas, y sumamos a los habitantes de las tomas, nos arroja un número que coincide con la estadística global nacional: el 30% de la población ha dado muestras de carecer de la posibilidad del acceso a la tierra, la vivienda y un hábitat saludable.

Las voces del acorralamiento

Reproducimos a continuación, nota periodística publicada en el diario Noticias de la Costa, a partir de una entrevista emitida por un canal local. También facilitamos el acceso a videos y testimonios de habitantes del Barrio “2 de Enero”.

Las coberturas mediáticas, y los testimonios de los vecinos, son muestras más que elocuentes, de que el acorralamiento tiene víctimas y victimarios.

Toma 2 de Enero: “El Municipio nos hizo dar vueltas como 500 mil veces”

Alejandro Bernhard, referente de la toma 2 de Enero, dialogó con Tveo Noticias luego del desalojo de este viernes donde se destruyeron casillas por una orden judicial. El líder de las usurpaciones se despachó contra la Justicia y las autoridades municipales por la falta de respuestas ante las necesidades habitacionales.

En ese sentido, explicó: “El primer día, el 2 de enero, se hizo presente el fiscal (Guillermo) Sacco y nos dijo ‘¿Qué pasa?’ que había gente que no lo merecen (que construían viviendas sin ocuparlas) y les empezamos a hacer el trabajo a él, a la Policía y a la Municipalidad, empezamos a hacer un relevamiento, les entregamos todos los papeles, fotocopias de los documentos de las personas que han tramitado para poder tener un terreno, que están re contra cajoneados. Ahora sortearon (lotes del Programa Municipal) a quienes tienen un sueldo, que se los descuentan por planillas, esta gente son todos changarines y son todos trabajadores”.

Marcó en la misma línea: “El que no se pudo terminar la casa es porque no puede, desistieron de los alquileres y están viviendo hacinados. Y muchas de las cosas que les derribaron no las terminaron de pagar tampoco”.

Asimismo mencionó que destruyeron alrededor de dos manzanas, debido a que “había gente que no estaba porque está trabajando, buscaron el momento preciso para hacerlo de manera solapada. Nadie se puso adelante de una topadora, nadie le tiró una piedra a la Policía, sabían cómo íbamos a reaccionar nosotros porque ya nos testearon, esperaron que haya poca gente para romperles las cosas, para empeorarles la situación a la gente”.

Bernhard cuestionó al Ejecutivo municipal y expuso: “Parece que a este gobierno le gusta aumentar la pobreza, arruinarle la vida al contribuyente, porque ese que vino a romper todo acá está ganando la plata con los impuestos que nosotros estamos pagando. En vez de fijarse en el bienestar de las personas se fijan en el bienestar de ellos, para estar con sus amiguitos los empresarios”.

El líder de la toma precisó en la misma órbita: “Esto era un basural y ellos dijeron que lo querían vender. Hay dos o tres familiares de los Silva (dueños de la propiedad), que están diciendo ‘Esto es mío’. Está bien que es de ellos, pero no lo podían vender porque esto es todo salitroso y sin embargo teníamos intenciones de pagar por esto. Obviamente, el Estado tiene que estar presente y darnos una ayuda, facilitándole los medios a la gente, puede hacer un convenio con los dueños y censar a la gente para decirles que tienen que pagar tanto por mes, eso quería hacer la gente”.

Lamentó también que desde la comuna “quieren a todos en la calle, nos quieren a todos saqueando, ellos quieren fabricar delincuentes porque quieren a la gente durmiendo a la calle ¿para qué? para que después digan ‘Vamos a hacer un proyecto’. Curran con todo eso, piden guita, hacen figurar, dicen ‘para esto voy a gastar tanto’, a la gente le dan dos bolsitas y se chorean todo como hicieron siempre”.

“Hay una ausencia total del Estado, el Municipio nos hizo dar vueltas como 500 mil veces y nunca nos dieron una respuesta”, sostuvo.

Reconoció que sabían que el predio era privado “pero también era un basural, eso de andar acumulando y acaparando, que el que más tiene cada vez tenga más y el que menos tiene esté cada vez peor es un sistema del gobierno”.

Acusó que también hubo agresiones: “Hoy nos pegaron a unos cuantos porque no nos dejaban ingresar. Sin embargo, mirá cómo estamos charlando porque es gente pacífica, lo saben, no tienen ni la menor voluntad de ayudar a la gente pobre, no quieren hacer nada”.

E ironizó con otras inversiones que se han hecho en la ciudad: “Gracias a Dios están arreglando las plazas porque ahora vamos a tener adónde morir, el que no tenga adónde vivir se va a poder ir a morir a una plaza. Están haciendo cordones, están gastando plata bien a lo Macri. La gente necesita comer, no tener frío y darle educación a los chicos y es lo que menos están haciendo”.

“Actúan de manera violenta, si yo te empujo a vos vas a salir corriendo o te vas a defender, nosotros somos de los que salimos corriendo porque no nos gusta la violencia. Pero ellos te provocan, te rompen las cosas, no te informan, te mienten, te dicen lo que tenés que hacer para que ellos tengan ventajas, nunca nos dieron la posibilidad de nada, nos abandonaron totalmente”, concluyó.

Acceda a un video publicado en el mismo medio.

Publicado en diario Noticias de la Costa.

Acceda a testimonio de uno de los habitantes del Barrio “2 de Enero” registrado por el programa radial “Con la gente”.